♣Tortuguiñas♣

Cuidados

Cuidados



Artículos que pueden ayudar a mejorar las condiciones de vida de tu tortuga; su alimentación,
hábitat donde se la mantiene, etc.

Substratos para terrarios



Junto con los sistemas de calefacción e iluminación, la elección del sustrato en un terrario para tortugas a menudo causa confusión a los propietarios. Algunos sustratos son excelentes, y otros potencialmente letales. En este articulo te ayudaremos a elegir un sustrato seguro y apropiado, y te mostraremos como evitar aquellos que pueden matar a tu tortuga.

Si hay algo con lo que una tortuga está permanentemente en contacto desde el momento de la incubación es el suelo, que juega un papel importante en la vida de un quelonio. Sin embargo, es frecuentemente descuidado, y su importancia subestimada por muchos cuidadores.

Observa por qué su importancia es tan crítica y como podemos aprender las razones de ello en este artículo del ecologista F. Harvey Pough de 1992:

"En sus biotopos naturales, la mayoría de anfibios y reptiles pasan su tiempo en la superficie del suelo, bajo hojas en descomposición o en madrigueras. Como resultado, ellos están expuestos a microclimas (especialmente húmedos y ventilados), percibidos de manera muy diferente por animales más voluminosos como los humanos. Incluso especies desertícolas pasan mucho de su tiempo en madrigueras o enterrados bajo la arena. La humedad relativa está próxima a la saturación en estos micro-hábitats, y las bajas condiciones de humedad provocadas por calefacción y aires acondicionados en viviendas convencionales pueden estresar con frecuencia a nuestros reptiles.
La humedad relativa debería mantenerse cercana a 70% (y preferiblemente 80%), para casi todas las especies de anfibios y reptiles."

Un factor importante a tener en cuenta es que cada tipo de sustrato retiene diferentes niveles de humedad. Los suelos arcillosos y sustratos boscosos retienen mucha más humedad que los arenosos como pueden ser los substratos desérticos. El drenaje entre estas clases diferentes de sustrato es totalmente diferente, y este factor en sí mismo tiene un profundo efecto en criaturas que están, como mucho, a unas pocas pulgadas de la superficie, (y en muchos casos totalmente rodeadas por el sustrato). Es, por consiguiente habitual, ver casos de podredumbre del caparazón y enfermedades de las vías respiratorias en especies de hábitat áridos que han sido mantenidas con sustratos húmedos y deshidratación en especies tropicales o de bosque húmedo que han sido mantenidas en sustratos desérticos.


Mucha gente asume que el césped o la hierba es un sustrato apropiado. La hierba es bastante húmeda y los casos de podredumbre en el plastrón son a menudo vistos en tortugas mantenidas de este modo. Algún acceso a una zona de pasto es excelente para ciertas especies, (como las tortugas Leopardo o Sulcatas), sin embargo debemos proporcionar un área seca.

Seria un error pensar, de todos modos, que es el único factor a considerar. La regulación térmica y una temperatura estable es otro factor que las tortugas experimentan debido al sustrato. En la naturaleza, el sustrato es relativamente infinito en masa. Incluso en entornos bastante rigurosos ofrece una estabilidad relativa. (No necesariamente la de la superficie pero bastante cercana). Las tortugas y otros reptiles utilizan estas propiedades en su comportamiento termorregulador. El grado en que ellos permiten el contacto del cuerpo con el suelo, por ejemplo, puede ser debido tanto a un flujo negativo como positivo de calor. Algunas especies obtienen su calor mediante el calor ambiente y otras obtienen una elevada proporción mediante el contacto con sustratos cálidos. Algunas especies lo obtienen de ambos modos.

Un momento durante el cual el tipo de sustrato y la estabilidad térmica es especialmente importante es durante la hibernación. Como todos sabemos de las lecciones físicas básicas de la escuela, cuanto más pequeña es la masa de un objeto, mas rápidamente responde a cambios externos de temperatura. En términos sencillos, un bloque de piedra cuadrado de 2 cm de arista se calentara y se enfriara mucho mas rápido que uno de 20 cm. Este aspecto es especialmente critico en crías y juveniles, ya que al ser pequeños, responden muy rápidamente a variaciones externas de temperatura. De este modo, para proveer la mejor estabilidad térmica durante la hibernación de juveniles, podemos preparar una bandeja honda con sustrato terrizo en el que puedan excavar. Rodeadas de esta masa, su inercia térmica se incrementa notablemente.

Las tiendas de mascotas, habitualmente venden de todo tipo de sustratos especiales que son ofrecidos como "ideales" para tortugas. Nuestra experiencia nos dice que esto no es así, no recomendaríamos ni usaríamos este tipo de sustratos.

Las tiendas de mascotas buscan dinero, y consumibles caros retornan un saludable beneficio. El inconveniente es que raramente son saludables para nuestros animales. Hay problemas asociados con todos ellos, en nuestra experiencia:

Calci-Sand:

Muy propenso a aglomerarse. Causa irritación ocular. Este producto ha sido citado muchas veces por estar asociado con numerosos casos de obstrucción intestinal. Encontramos un caso así recientemente. La tortuga murió. Este producto es además muy deshidratante. No recomendamos el uso de este material bajo ninguna circunstancia. Las tortugas (Geochelone Sulcata), mostradas abajo sufrieron deshidratación aguda después de haber sido mantenidas con este material en un terrario de una tienda de reptiles.


Sustratos basados en fibra:
A menudo basados en coco y fibras similares. Pueden ser muy polvorientos. Pueden ser ingeridos y deshidratan. Fracasan en la tarea de proveer de una condición térmica favorable. Muchos sustratos de fibra son un caldo de cultivo ideal para hongos, parásitos y organismos bacterianos.
Sustratos de alfalfa, (bolitas de conejo):
Deshidratan. Han sido asociados con enfermedades funguicidas en ojos y enfermedades respiratorias. Contienen muchas proteínas sin son consumidos. Nosotros recomendamos evitar su uso.

Viruta de pino o cedro:
Altamente toxicas cuando se calientan, emiten gases nocivos. Tienen un serio riesgo de obstrucción intestinal si son ingeridas. Eviten su uso.
Bloques de corteza:
Hay que usarlos con extremo cuidado, ya que son base para ácaros y parásitos similares. A menudo causan indigestiones fatales. Algunos bloques de corteza pueden incluir pino o cedro, ambos de los cuales son tóxicos. Compruébelo cuidadosamente antes de su uso. La corteza y astilla de ciprés y orquídea puede ser usada con éxito en algunas especies de hábitats tropicales.


Periódico u hojas de papel:
Fracasan totalmente en la función de proporcionar un microclima. Son inflamables, (úsense con cuidado cerca de una fuente de calor). Muchos incendios han sido provocados por papeles que han sido prendidos por dispositivos de calor o lámparas. Úselo con extremo cuidado.
Un sustrato recomendado:
El sustrato que hemos encontrado con mucho, mas seguro y efectivo consiste en una mezcla de base mantillo mezclado con cantidades variables de arena fina. Debe ser suficientemente profundo, aproximadamente 50 cm o 2 pulgadas es recomendado como un mínimo. Incremente la proporción de arena para especies de climas muy áridos, (nuestras Testudo Kleinmanni tienen una proporción 30/70 en la mezcla de mantillo y arena por ejemplo). Reduzca la cantidad de arena para especies más húmedas, por ejemplo 60/40 mantillo / arena para Kinixys o Terrapenes, y mezcle algo de musgo fresco de spagnum, mantillo de hojas... como aditivos.

Se requiere experimentación en el sentido de la cantidad de arena y de mantillo a utilizar, pero en términos generales este sustrato es barato, fácil de limpiar, ofrece una buena temperatura y proporciona oportunidad de crear un microclima y una seguridad en las especies que mantenemos. El mantenimiento se lleva a cabo removiendo de vez en cuando, cuando es necesario.

Han surgido muchas preocupaciones con respecto a las posibilidades de ingestión, y no hemos encontrado ningún problema al respecto en varios años de uso intensivo. Utilizamos baldosas de cerámica sobre en las áreas de alimentación y una dieta muy alta en fibra, que ayudan a que cualquier material ingerido sea digerido con seguridad. No hay que olvidar que muchas de estas especies viven en un sustrato de arena casi pura durante toda su vida en la naturaleza.

Alimentación de tortugas herbívoras

Normas generales:

Para que una tortuga se desarrolle de manera correcta es necesario ofrecerle una alimentación adecuada.

Los mejores alimentos para las tortugas herbívoras son aquellos que contienen como mínimo el doble de calcio que de fósforo.
La explicación a este punto esta en que el fósforo impide una correcta absorción del calcio, por lo que aunque demos a las tortugas alimentos con una alta cantidad de calcio ellas no pueden asimilarlo si las concentraciones de fósforo son también altas.

Los vegetales con mejores ratios de calcio/fósforo y más indicados para la dieta de las tortugas son el diente de león, la escarola, la endivia, la hoja de mostaza, las acelgas, los canónigos, las espinacas, las coles de bruselas y la achicoria.
Estos vegetales no siempre es fácil encontrarlos frescos, por lo que se pueden comprar sus
semillas en tiendas de jardinería y cultivarlos durante todo el año.

También es importante acostumbrar a las tortugas a que coman piensos especiales. Estos piensos están elaborados a partir de alfalfa y otros vegetales liofilizados y desecados a los que añaden todas las vitaminas y minerales necesarios para su correcto crecimiento.
El pienso se debe dar humedecido y, como suelen tardar en aceptarlo, se puede mezclar con los vegetales mencionados.
Poco a poco, puedes ir incrementando la cantidad de pienso hasta que lo acepten con normalidad.

Aparte de estos alimentos mencionados (que tienen en general entre el cuádruple y el triple de calcio que de fósforo) existen otros que son muy bien aceptados por las tortugas mediterráneas porque constituyen parte de su dieta cuando se encuentran en libertad.
Los ratios de estos alimentos están en torno al doble de calcio que de fósforo y son la hoja de
parra, las flores y hojas de hibiscus, la morera y el trébol.
También se puede incorporar algo de fruta a la dieta de las tortugas, pero con moderación.
Esto se debe a que la fruta contiene gran cantidad de agua y azúcares y puede provocar diarreas o que el animal engorde demasiado.
El azúcar crea reservas energéticas "extra" en las tortugas, por lo que puede que su carne crezca y engorde rápidamente, mientras que el caparazón crece a un ritmo más lento.
Esto provoca grandes problemas de movilidad a las tortugas y puede incluso provocar enfermedades.

Otro problema es que las tortugas pueden acostumbrarse al sabor dulce de la fruta y rechazar
luego otro tipo de alimentos más nutritivos.

Lo mejor es ofrecer frutas con poco agua (evitar la sandía, las ciruelas o el melón que provocan
diarreas) y ofrecerla sólo de vez en cuando.
Las más recomendables son la manzana rallada (eliminando siempre las pepitas), los higos, la pera...
En general se puede ofrecer cualquier tipo de fruta siempre que sea con moderación y como
suplemento, ya que la base de la dieta debe ser el pienso y grupo de vegetales de hoja verde con ratios calcio/fósforo superiores a 2/1.

No debemos asustarnos si las tortugas se comen pequeños caracoles o babosas. A veces
incorporan estos animales a su dieta, sobre todo los ejemplares juveniles.

Alimentos peculiares:

Algunos alimentos pueden resultar tóxicos para las tortugas y otros nos pueden ayudar a prevenir enfermedades o en determinadas épocas.

BERENJENA: contiene una alta concentración de celulosa, que actúa como absorbente y puede
provocar tapones intestinales. No se debe administrar.

PATATA, BONIATO, BATATA Y OTROS TUBÉRCULOS: contienen almidón, que actúa igual que la celulosa. Es mejor no administrarlos (ni sus hojas ni los tubérculos).
Hay una excepción, si tenemos una tortuga con una diarrea muy fuerte por haber comido hierbas
silvestres indigestas u otros motivos podemos administrar una patata o zanahoria hervida y
manzana rallada que nos ayudará a estreñirla.

PEREJIL: aunque tiene un ratio de calcio/fósforo muy adecuado para las tortugas, actúa como vasodilatador (altera el flujo sanguíneo y puede provocar hemorragias internas).
No administrar nunca.

LECHUGA: es habitual que muchas tortugas mueran si las alimenta sólo con lechuga y tomate.
Hay quién sólo les ofrece ésto porque es la única verdura que tiene en su nevera, pero no cubre
sus necesidades de calcio, vitaminas y nutrientes.
Sin embargo, eso no quiere decir que sean alimentos nocivos para las tortugas, sino que no son
suficientes y hay que combinarlos con otros.

La lechuga es uno de los vegetales con mayor cantidad de vitamina E. Esta vitamina regula el funcionamiento de las mucosas y es muy importante su labor en las mucosas respiratorias y genitales.
Por ello, es un buen complemento de la dieta de las tortugas hembras durante la reproducción
(actúa aumentando la fertilidad) y para las tortugas propensas a infecciones respiratorias (si se
administra a graecas o horsfieldi recién salidas de la hibernación previene problemas respiratorios
porque regula las mucosas respiratorias).

Las hembras que han tenido crías con deformidades (la más común es babys con un solo ojo) o cuyos huevos no llegan a término es mejor no reproducirlas. Sin embargo, ante la posibilidad de que realicen puestas de huevos hasta tres años después de la última monta es conveniente
ofrecer en época de cría alimentos ricos en vitamina E (lechuga, canónigos y diente de león, por ejemplo).
En casos extremos se puede dar este suplemento en forma de fármaco con medicamentos tipo
Auxina A+E (la absorción de vitamina E es más completa si se combina con vitamina A), aunque
siempre es mejor probar primero con métodos naturales.

TOMATE Y MANZANA: Son muy ricos en vitamina C, actúan como resconstituyentes (aceleran los
procesos encimáticos) después de enfermedades o periodos de debilidad.
Son especialmente beneficiosos en casos de complicaciones respiratorias. Pero deben
administrarse frescos, pierden rápido sus propiedades una vez se trocean (se oxidan).

SOJA: es muy rica en "proteína vegetal", por eso la consumen mucho los vegetarianos para
compensar su carencia de proteínas de origen animal.
No se debe administrar a las tortugas herbívoras y mucho menos a las babys o las especies que
se alimentan casi exclusivamente de pasto y hierba (como las sulcatas), ya que puede provocar
deformidades en el caparazón.

PAPAYA: es uno de los alimentos que tiene un mejor ratio calcio/fosforo (entorno a 7/1), pero no se debe administrar normalmente porque contiene una gran cantidad de azúcar. Es útil en época de cría, porque su alto contenido en calcio ayuda a la correcta formación de los huevos.
Se puede emplear como sustituto de los suplementos de calcio, pero nunca ofrezcas ambos
combinados. Demasiado calcio puede provocar problemas óseos o la creación de huevos demasiado
duros de los que las crías tendrán dificultad para salir.

KIWI: provoca diarrea y no se debe administrar salvo para tratar intoxicaciones o tapones
intestinales. Si nuestra tortuga ha ingerido alimentos tóxicos (perejil, adelfa, jazmín, jacinto, belladona y cola de caballo, por ejemplo) debemos administrar un laxante que ayude a que la tortuga defeque el alimento tóxico lo antes posible y que no le de tiempo a absorber sus toxinas a través de las paredes intestinales y estomacales.

Lo mismo sucede si ha ingerido un cuerpo extraño (piedras absorbentes para gatos, gravilla...).
En casos leves se puede administrar una rodaja de kiwi, que ayudará a defecar a la tortuga, o si esto no es suficiente se puede introducir con ayuda de una jeringa o un cuentagotas un chorrito de aceite de oliva por la garganta de la tortuga.
Hay que repetir la operación todos los días hasta que elimine el cuerpo extraño y comprobarlo
mediante una visita veterinaria para realizar radiografías








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